ENERGIA DE LA SEMANA
DIFICULTAD, una apertura a la consciencia
DIFICULTAD, UNA APERTURA A LA CONSCIENCIA
Esta semana la energía nos invita a elevarnos por sobre la negatividad creada desde la ilusión que muchas veces nuestras creencias limitantes nos imponen sin que nos demos cuenta. Con el inicio de sagitario llega el momento de abrir nuestra mirada a la luz que nos empuja a explorar como manifestar nuestra esencia espiritual de forma clara por sobre las dificultades que nos ofrece el mundo concreto. Estamos en el punto de ensamble en el que debemos entender cómo compartir la luz que experimenta nuestra alma a través de nuestros dones y talentos sin dejar que esta sea restringida por los miedos del ego que se expresan a través de las carencias. La única alternativa para poder realizarnos es madurar, no hay otro camino y la dificultad, la limitación y las restricciones que nos toca vivir en nuestra vida tienen por objetivo acelerar nuestra maduración, nunca hacernos sufrir. Este entendimiento llega en el momento que comprendemos que solo el alma se realiza a través del amor, el ego solo puede buscar gratificación a través del placer. Madurar implica tomar la responsabilidad sobre los efectos que causamos en nuestras vidas asumiendo que somos la causa de ellos. Somos la causa de nuestro dolor y somos la causa de nuestra alegría. Solo la maduración de la personalidad permite la realización espiritual, Cuando aprendemos a ser justos y congruentes con quienes somos, la maduración se transforma en un proceso que nos acerca silenciosamente hacia la abundancia interior. Cuando llegamos a esta maduración creamos un anclaje espiritual que nos estabiliza emocionalmente, esta estabilidad se produce porque el ego ya no tiene soberbia y experimenta una humildad y una paciencia infinitas. La visión espiritual se logra cuando no hay juicio, cuando no hay juicio no hay resistencias y cuando no hay resistencia al momento presente la luz de la creación nos nutre con su fuerza de vida y con su inteligencia suprema. El no juzgar ocurre cuando hay una verdadera madurez, entonces nace la compasión a “lo que es”, se ve la verdad por sobre el dolor y uno se une a ella con amor. La unión con la creación es la madurez. Cuanto más conectados a la fuente más se puede diferenciar lo ilusorio, de lo real y lo probable de lo posible. La verdadera conexión espiritual solo se nos abre cuando podemos entender quiénes somos en esencia. La revelación de la verdadera abundancia espiritual solo llega con la la superación paulatina del karma y a esta superación la llamamos madurar, evolucionar. Solo entonces experimentamos la certeza desde el alma que nos va marcando nuestro camino muy sutil pero claramente. Cuando no queremos madurar rechazamos lo que atraemos y así nos perdemos la posibilidad de sincronizarnos al plan divino que existe para nosotros. Cuando aparecen obstáculos en nuestro camino, debemos entender que un obstáculo es simplemente un ocultamiento de la luz y no un problema. La dificultad tiene el objetivo de obligarnos a expandir algún aspecto de nuestra consciencia que ha quedado limitado o infantilizado por alguna memoria, mandato, creencia o trauma. Solo luego de hacer el trabajo de maduración podemos conectar con los mundos superiores en los que se puede experimentar la paz y el bienestar. El otro lado de la dificultad es la espiritualidad no el placer. Las pruebas de la vida nos ocultan aquello que nos es necesario superar para que nos llegue la revelación de la luz y con ella la paz interior. A esta vida venimos a pasar pruebas, esta es la voluntad de la creación, Así las pruebas nos van llevando a alinear la voluntad personal con la voluntad de la creación. Depende de nosotros si hay sufrimiento o no a lo largo del proceso. Debemos tomar la responsabilidad frente a los desafíos de la vida y poner el foco en nuestra transformación más que en la búsqueda de resultados preconcebidos, Debemos aprender a luchar con alegría hasta terminar nuestra parte y luego entregar el proceso a la inteligencia divina. Las pruebas tienen la bendición del ocultamiento previo a la revelación. Cuando hice mi parte, cuando hice todo el siguiente paso es dejarlo en manos de la creación con felicidad.

